Yo en el mundo: Chloe, segunda parte

La primera vez que pensé en compartir mi secreto con alguien fue en Lisboa. El hotel tenía un bar elegante en la azotea, con vistas al río. Me había maquillado yo misma, (esas lecciones sirvieron de algo ja!) con un vestido ligero y una chaqueta con la que me tapaba. Subí hasta allí con la intención de tomar solo un cóctel y regresar a mi hotel pero la noche y la música hicieron que me quedara más de lo esperado.

Me senté en un rincón, intentando pasar desapercibida, pero entonces una mujer me preguntó si podía compartir la mesa. No sé si lo notó, si me reconoció o simplemente me trató con naturalidad. Pero hablamos durante más de una hora. De libros, de viajes, de esas casualidades que nos hacen sentir menos solos en el mundo. Me marché antes de que la conversación se hiciera demasiado íntima, pero aquella noche regresé a mi habitación llorando. Eran lágrimas de alivio y de alegría. Por primera vez, Chloe había estado en el mundo, aunque fuera solo en un rincón de un bar, aunque nadie supiera mi nombre.

Desde entonces, me persigue una pregunta: ¿qué pasaría si dejara de ocultarme? Si en lugar de vivir estos fragmentos dispersos en ciudades extranjeras, pudiera tejer una vida completa. A veces me da vértigo solo pensarlo. Pero otras, la idea me llena de una esperanza tan intensa que apenas me deja dormir. Sería un sueño...

En mis últimos viajes he comenzado a escribir un diario. Un cuaderno pequeño, escondido en la maleta. En él anoto cómo me siento al maquillarme, qué sensaciones me despierta cada ciudad y los detalles que quiero recordar sobre Chloe: mis medias, la sensación del viento de Barcelona, un perfume que probé en Milán y que todavía asocio con la libertad. Ese diario se ha convertido en mi secreto, un testimonio de la vida de Chloe que no puedo borrar, ni quiero.

Sé que llegará un día en que tendré que decidir: seguir escondida entre aeropuertos y hoteles, o dar un paso más allá. Quizá no lo haga de golpe, solo de pensarlo me tiemblan las manos.

Y cada vez que cierro una maleta, siento que no viajo sola. 

Comentarios

Entradas populares