Nunca olvidéis vuestros sueños: La historia de Connie


Hace unos meses, cuando encontré la web de Dafni Girls, no podía creerlo. ¡Lo que siempre había imaginado, un lugar donde transformarse en una mujer por unas horas, existía de verdad! Desde ese momento, no dejé de visitar sus redes para admirar las fantásticas transformaciones y soñar con ser, algún día, la protagonista de una de sus sesiones. 
 
Mi gusto por la ropa de mujer viene desde que era niño. Recuerdo la maravillosa sensación de ponerme, por primera vez, unas medias de cristal, como las llamaban entonces: transparentes y brillantes. Fue una experiencia que me llenó de libertad y excitación como nunca antes había sentido.  

Desde ese momento, no he dejado de usar ropa femenina a escondidas. Al principio eran solo las medias, que se convirtieron en el eje principal de mi conexión con lo femenino. Pero poco a poco descubrí que, al añadir unos tacones y un vestidito, esa sensación de libertad se volvía aún más maravillosa. Después de un día estresante en la oficina, llegar a casa, vestirme de mujer y convertirme en otra persona me hacía olvidar todos los problemas.  

Como muchas de nosotras, me gustan las mujeres, no los hombres. Admiro su belleza y me encanta imitarlas para disfrutar de mi lado femenino. Sin embargo, jamás me había transformado completamente. Nunca me había maquillado, usado un pintalabios ni llevado una peluca, y aunque la idea de una transformación completa me producía cierto nerviosismo, la felicidad que sentía al imaginarlo superaba cualquier temor.  

Voy a contaros mi primera visita a Dafni Girls. Leer los relatos en su blog y ver las fotos de tantas chicas preciosas me animó a dar el paso, ponerme en sus manos y recorrer este nuevo camino. Espero que os guste.  
Aprovechando un viaje de negocios a Madrid, reservé un día libre para visitar el estudio de Dafni. Esa mañana, mientras desayunaba, recordé mi llegada el día anterior en el AVE, rodeado de ejecutivos trajeados que salíamos aprisa de los vagones. Esa escena parecía desvanecerse en mi mente porque ese día quería olvidarme por unas horas de ese mundo masculino. Iba a dejar de ser "él" para, por fin, ser "ella".  

A pocos minutos de la hora de mi sesión, me detuve en una esquina y encendí un pitillo para intentar calmar los nervios. El bullicio de la calle me envolvía mientras una mezcla de arrepentimiento y miedo me llenaba. Por primera vez iba a compartir mi secreto con alguien. No sabía exactamente lo que sentía, pero era intenso.  
Dejé de pensar y me dejé llevar. Mis pasos me llevaron al estudio, donde Dafni me recibió con una hermosa sonrisa. Hablamos sobre mis gustos y mi lado femenino, y me explicó cómo sería la sesión. Esa conversación, para alguien como yo, que nunca se lo había contado a nadie, fue liberadora. Por primera vez, mi otro yo salía del refugio de mi mente, rompiendo el muro que le protegía del miedo. Sabía que delante tenía a alguien que no me juzgaría, sino que aceptaría con normalidad esta hermosa dualidad.  

Dafni propuso tapar el espejo durante mi transformación. Acepté, y comenzó a hacer su magia en mi rostro. Sentía en mi piel un montón de nuevas y agradables sensaciones. Aunque suelo ser reservado, la simpatía y confianza que Dafni transmite hicieron que me relajara y hablara sin parar.  

Finalmente, llegó el momento de elegir la peluca. Tenía ganas de sentirme rubia, así que eligió una media melena que quedaba perfecta con mi rostro redondeado. Cuando me la colocó y peinó, estaba lista para el gran momento. Cerré los ojos mientras destapaba el espejo. Al abrirlos, vi a una guapa mujer. Por unos instantes, no me reconocí. Me miré, moví los labios, giré la cabeza, acaricié mi melena y me convencí de que era yo.  

El cambio era espectacular. Una mezcla de felicidad y libertad inundó todo mi ser. Pasamos al vestidor, un auténtico paraíso lleno de vestidos, tacones y ropa interior. Con cierto nerviosismo, me vestí con un conjunto seleccionado por Dafni. Nunca antes había llevado pechos de silicona y, aunque la sensación era extraña, también era placentera.  
Caminar con tacones por el pasillo del estudio fue una experiencia única, como si fuese la primera vez que los usaba. Al principio, los nervios me acompañaban, pero las indicaciones de Dafni y sus piropos hicieron que me sintiera más segura. Al ver las fotos en la cámara, me sorprendí: "¡Pero si estoy monísima!".  

Con cada nueva pose, los nervios desaparecían y las risas llenaban el ambiente. Me sentí plenamente femenina. Cambié de vestido, probé diferentes looks y disfruté de cada detalle, desde mis uñas pintadas hasta mi melena rubia y los tacones.  
La sesión terminó con un look atrevido: mini vaquera, chaqueta de cuero y sandalias preciosas. Con un ventilador simulando una sesión profesional, no paré de reír. Al final, mientras me desmaquillaba, me reí al ver mis braguitas reflejadas en el espejo y comprendí lo complicado que es llevar una minifalda sin enseñar demasiado.  

Las cuatro horas pasaron volando. Fue una experiencia inolvidable que solo se puede entender viviéndola. Dafni tiene el don de hacerte sentir a gusto contigo misma, resaltando lo mejor de ti con su cariño y amabilidad.  
Además de cumplir un sueño, esta experiencia me dio un chute de autoestima como nunca hubiera imaginado. Gracias, Dafni.  

Nunca dejes de perseguir tus sueños, por locos que parezcan. Atrévete a ser la protagonista de tu vida.  

Ah, por cierto, no os lo he dicho: me llamo Connie. Connie Happy. 


Comentarios

  1. Un placer conocerte Connie Happy, está es otra de las historias que me hacen sentir como si las estuviera leyendo, espero que con este gran paso que diste eventualmente en encuentres a la persona indicada para compartir todas y cada una de las facetas de tu ser! Yo como siempre lo digo Aplaudo el vamos, la honestidad y la valentía con la que viven sus experiencias,como esposa de Becca te agradezco compartir tu historia.

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  2. ¡Qué hermoso mensaje lleno de apoyo y empatía! Es maravilloso ver cómo cada historia compartida nos acerca más, nos inspira y nos llena de fuerza para ser auténticas. Tu reconocimiento y gratitud son un testimonio precioso de amor y comprensión hacia este camino tan personal y significativo. ¡Sigamos celebrando la valentía y la honestidad que nos unen como comunidad! Tu mensaje seguramente traerá mucha alegría y esperanza a quienes lo lean. Mil besitos.

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