Tres noches al año y toda una vida de sonrisas: Claudia


 

Cada vez que el trabajo me trae a Madrid, ya sé que me espera algo mucho mejor que cualquier reunión o congreso: ¡mi cita con Dafni Girls! 

Tres veces al año, sin falta, reservo una noche solo para mí. Es mi pequeño ritual, mi secreto feliz. Durante el día soy una italiana de 37 años muy profesional, seria, siempre con prisas y pendientes de trabajo pero cuando llega esa noche especial, dejo que Claudia tome el control.

Entrar al estudio es como cruzar a otro mundo. El olor a maquillaje, la música suave, las risas, la complicidad... todo me envuelve. Me siento libre, guapa, viva. Cuando por fin me miro al espejo y veo a Claudia, con sus labios rojos y su melena suelta, se me escapa una sonrisa. Ella no es un disfraz, es una parte de mí que solo puede brillar aquí, en Madrid.

Después del cambio, normalmente salgo sola. Me encanta perderme por Chueca, mi barrio favorito del mundo. Empiezo la noche con una copa tranquila en LL Bar o Zafiro donde el ambiente es siempre alegre y sin prejuicios. A veces paso por Why Not? o Delirio, donde la música y las luces me hacen olvidar el reloj. Me gusta observar, bailar un poco, sentirme parte de ese mundo colorido y libre. No busco nada más que eso: estar, disfrutar, respirar.

Tengo novia, y la quiero mucho. Pero esto es solo mío. No lo comparto con nadie, no por falta de amor, sino por miedo. Miedo a no ser entendida, a perder algo importante. Ni me atrevo a poner una foto de mí misma por si me reconocen...¡y eso que me veo espectacular! Y sin embargo, estas tres noches al año me bastan. Me hacen feliz, me llenan de energía, me recuerdan que dentro de mí hay una mujer alegre, valiente y con ganas de vivir. 

Cuando regreso al hotel, cansada pero sonriendo, siempre pienso lo mismo: “Gracias, Dafni Girls por devolverme a mí misma.” Y aunque Claudia se quede en Madrid, su brillo me acompaña hasta la próxima vez porque sé que habrá una próxima vez. 


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