El aniversario de Dafni Girls: Sonia 3º parte

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Una de ellas (disculpen el usar pronombres femeninos, pero así las veo), en la 1ª noche que hablamos, me había llevado un regalo de su tierra. Otra de ellas, le dije la noche del sábado que me gustaba el collar que traía, y al final de la noche, al dejarme en mi hotel, se lo quitó y me lo regaló.  Al otro día de todos los eventos, me mandaron mensajes otras de ellas para decirme el placer que les había producido conocerme, que soy muy agradable, que tengo un bonito espíritu, que les alegre la noche. Los hombres, los de novela, no hacen esas cosas – o lo hacen, los buenos, después de años de conocerte (por lo menos en Canadá o México).

Y las mujeres, las del equipo de maquilladoras. Finalmente, ya he compartido tiempo con todas, y hemos tenido experiencias únicas. Cuando me saludan y cuando nos despedimos siempre me dan unos abrazos, de esos cómodos, largos, que se ve que lo están haciendo de corazón. Me siento contento de haber dejado a lo largo de mi vida ese rastro de amor. Claro hay siempre gente con quien las cosas no funcionan, no le puedo caer bien a todos/todas.

También aprendí. Estuve hablando, acompañadas de una cerveza, con una de las chicas, y tiene una situación muy distinta a la mía. Últimamente, debido a la polarización del mundo y mucha negatividad, en momentos de frustración acabo pensando que la única correcta forma es la mía. Pero hay otras, y al hablar con ella, pude entender un poco más de aquellas personas quienes, el dar un paso adicional, el cambiar, parece ser el mejor camino.  Lo entendí mejor.   Lo que es verdad/lo mejor para mi, no necesariamente es lo mejor para otras personas.

Durante el evento principal, Dafni me pidió que si podía traducir al inglés lo que le iba a decir a las chicas de su equipo, ya que el 10% de los asistentes no hablaban español.  Lo hice, leyendo directo del español y hablándolo, en vivo, en inglés. Muy difícil, nunca lo había hecho, y menos aún con algo que yo no hubiese escrito.  Sin planearlo, ibas todas ellas vestido de plateado y yo también, así que hice match visual también

El viernes había más o menos 120 personas. Nunca en mis sueños más locos había pensado estar ahí, acompañada de otro tanto de locas, cuando para mí, durante tanto tiempo era algo que me hacía sentir completamente solo y como la única persona en el mundo con la situación.  En más de un momento, al ver alrededor mío, no pude evitar suspirar y ver que estaba ahí, en persona, rodeada de todas estas personas a las cuales no les tenía que explicar por qué ni el cómo.

No tome muchas fotos durante los eventos. Tal vez me arrepiento un poco, porque no tengo fotos con todas ellas, pero al mismo tiempo, no lo hice porque preferí simplemente estar ahí, presente, sin preocuparme de como lo ‘vendería’ en redes sociales después…

Las redes sociales son interesantes en cuanto a lo que la gente percibe de uno/una. Últimamente pongo menos cosas en Facebook, pero hay veces que al ver a la gente que me sigue en persona, comentan, “y ahora donde te fuiste de vacaciones, te la pasas viajando”, con un poco de envidia o de ‘y como le haces’. Me pasó un poco ahora, diciéndome “se ve que te la pasas saliendo”, y aunque expliqué que cuando salgo, voy poniendo las fotos a lo largo de los días, la gente no se pone a pensar demasiado si traigo la misma ropa, etc...y simplemente piensan que fueron otro día, y por lo tanto ando en la fiesta cada 3er día…

Compliment 1. Hay una vinoteca en la zona, donde me llevo una de mis amigas (ahora transicionada) la 2ª vez que fui a Madrid. Tienen puro vino de productor pequeño y al sentarte te preguntan ¿“Cava, blanco o tinto?”, M que no toma, fue conmigo una vez y para nada su estilo, se sintió obligada a beber.   Fui ahí ahora la 1ª noche, y nos atendió una mujer – compré una botella de los tintos que nos dio.  Regresé al otro día, cuando vuelve a estar ella atendiendo, me reconoce, y después se me acerca y me dice “hoy te ves espectacular. Preciosa”.

Compliment 2. Una de las chicas ¡iba con su esposa! Son de Irlanda. El día del evento cuando hablé en inglés, se me acercaron después, y me dicen -ya sabemos quién eres.  – Hay unas reuniones mensuales por zoom a las que atiendo – dice, he escuchado tu voz cuando están en las llamadas, y ahora que te volví a oír te reconocí.  Al otro día, en el bar estaba yo con otras 2 chicas mexicanas, y habíamos estado sentado juntas durante la cena. Nos dice la esposa “las estuve observando a la hora de la cena: Ustedes 3 tienen algo, como se comportan, lo que proyectan, de verdad”.

Regresé muy contento porque me sentí parte muy integral de todo esto, pudiendo expresar al 100% esta parte de mí, sin restricciones, sin explicaciones, sin incomodidades.


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